La obstetricia es la especialidad médica que se ocupa del embarazo, parto y postparto (puerperio).
Se diferencia de la ginecología en que ésta trata el aparato reproductor femenino y sus enfermedades, mientras que la obstetricia se centra solo en lo concerniente al embarazo.
La ginecología suele abarcar la obstetricia pero no sucede al revés.
Casi todos lxs ginecólogxs son obstetras, pero no todxs lxs obstetras son ginecólogxs.
La forma y manera de ejercer y concebir la obstetricia y la ginecología ha ido cambiando en cada época haciendo evolucionar o involucionar esta parte de la medicina.
En la prehistoria:
En la prehistoria el parto sucedía de forma solitaria, sin asistencia ni ayuda. La mujer se apartaba del grupo para dar a luz. Dado que los hombres y mujeres prehistóricas vivían en constante peligro debido a la agresividad de su entorno, a la hora de parir las mujeres trataban de hacerlo sin ruido para evitar llamar la atención de las fieras salvajes que merodeaban a su alrededor.
El mundo antíguo:
En el antiguo Egipto tenían remedios así como tratamientos para detectar el embarazo, enfermedades vaginales y enfermedades del útero. Además, tenían formas de predecir el sexo del feto y hasta recetas anticonceptivas.
Solían ser las mujeres las que asistían los partos y eran expertas en la materia. Lo mismo ocurría con el pueblo hebreo y en la antigua Grecia, donde, además, ejercían de ginecólogas, aunque mayoritariamente de forma secreta. Las comadronas llamaban a los médicos y ginecólogas cuando los partos se complicaban.
Era cristiana:
Según nos cuenta la historia, el primer comadrón fue Pablo de Egina. Sus métodos eran innovadores y originales, de hecho, se le llegó a considerar un oráculo en conocimientos de reproducción.
De uno de los libros de Sorano de Éfeso (98-138 d.c.) se extrae la conclusión de que en esta época las mujeres daban a luz en posición sentada, normalmente se les ponía en una silla. La “silla obstétrica”.
Fue el pueblo hebreo el que introdujo el uso del espéculo para examinar a las mujeres que padecían algunos problemas vaginales.
Hacia el siglo II se empezaron a usar fórceps para ayudar al nacimiento.
En la edad media, del siglo II al XVI, debido a la desintegración del imperio romano, se produjo un cambio drástico en la sociedad que llevó al estancamiento y retroceso en lo que a cuestiones médicas se refiere.
Sin embargo, es en el renacimiento cuando resurge la obstetricia. Las mujeres siguen encargándose de los partos y trabajando con los cirujanos en los casos complicados. Los inventos de Ambrosio Paré, considerando padre de la cirugía, ayudaron a desarrollar y dar un paso adelante a la medicina obstetricia y ginecología.
En el siglo XVII Jean Palfyn presentó en la academia de medicina de París lo que tres siglos más tarde se llamó las “espátulas”. Su aceptación y difusión fueron rápidas, ya que era una versión de los fórceps mucho más fácil de aplicar.
En 1650 se autorizó en el Hospital Dieu en París que los hombres atendieran los partos, lo que generó una gran evolución en el campo de la ginecología. Francois Mouriceau propuso que la mujer pariera en la cama.
Hendrik Van Deventer publicó el libro “Nueva luz para las parteras”, un estudio completo de la anatomía de la pelvis y sus deformaciones. El libro influyó mucho en el ejercicio obstétrico durante 150 años.
Debido en gran parte a la hostilidad que se encontraban con los esposos y con las propias embarazadas en ser atendidas por un hombre, a finales del XVIII eran muy pocos los médicos dedicados a la ginecología, lo que hizo que esta especialidad se quedara estancada mientras que la obstetricia avanzó considerablemente.
Siglo XX y XXI:
El siglo XX trajo consigo enormes e importantes cambios en el campo de la ginecología y obstetricia, lo que hizo posible el desarrollo de infinidad de tratamientos y detección de enfermedades.
El siglo XXI seguirá sumando avances en toda esta parte de la medicina, lo que ayudará a resolver problemas y aportará nuevos descubrimientos que seguro revolucionarán este campo.
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